Kati Horna dans le studio de József Pécsi Budapest, 1933. Atribuida a Robert Capa (Archivo Privado de Fotografía y Gráfica Kati y José Horna © 2005 Ana María Norah Horna y Fernández)

posts recientes

• Se estrena Hot Parade, un podcast para pisar brasas
• Galería de héroes ocultos
• Covid-19 y un castaño
• Nuevos archivos fotográficos
• Germán Suárez Pazos, un buda ha muerto
• Robert Frank, muere el último cartógrafo
• Cuadernos de labradío
• Este Premio Cervantes lo canta Joan Manuel Serrat
• Guadaña campesina
• Nunca útil
• Portal desenfocado
• Vecinos de San Francisco, ánimos de ventisca
• Heladeros
• Diafragma sin cordaje
• Pedro, adiós a un rocker de Ponteceso
• Derribando fotos
• Noname, el rap literario de la hija de una librera
• Enfermo 2018
• Manuel Vilas escribe en ‘Ordesa’ la autobiografía de todos
• Fracturada Sicilia
• Cuatro discos nacarados y consecutivos de Elton John
• Libros sagrados
• Kendrick Lamar, sin límites en Damn
• Juan Rulfo, centenario desde la ‘mera boca del infierno’
• Chuck Berry, peligro
• Las bicicletas Luger de Berlín
• Veneno, 40 años de un disco ilimitado
• No puedes ser independiente en la república del fútbol
• Paloma Chamorro, sacerdotisa
• Crucé el Atlántico en los últimos barcos de pasajeros
• Adiós, café con leche
• Virus de letrina
• Foto instantánea
• Nunca en Damasco, Alepo, Palmira…
• Zygmunt Bauman, duelista
• Agenda con amigos muertos
• Lukasz Urban, camionero polaco y primera víctima del 19-D en Berlín
• Por qué me paso a los hongos
• 2016, año de la Hora del Lobo
• Carta al otoño
• Los protonazis alemanes: la lección del roble de Goethe
• Gillian Welch, mi morfina
• Leonard Cohen, rey de las noches
• Te quitan las botas para morir
• Lucia Berlin: mi libro de 2016
• Bob Dylan, ¿un Nobel videolúdico y transmedia?
• Robert Doisneau, muerto por un beso
• Más guadañas: ecología oscura
• Imposible sangre fría
• Laureano Oubiña, un capo de aquí