Acabo de subir a otra sección de esta web un reportaje que publiqué hace dos años sobre el bellísimo libro Los cigarrillos son sublimes.
Fumo un Camel mientras escribo. La tarde ya ha caído sobre la despreciable ciudad.
El calendario ha cambiado. He atraveasdo el fin de año con una quebrantahuesos encima. Anoche cenamos puré de verduras y brindamos con jugo de piña.
No hubieramos desentonado como personajes de Dostoievski.
El Camel es el primero en tres días. Me hace daño. Me siento mareado cuando inhalo. Lo apago, aplastándolo en el cenicero azul, después de tres caladas.
«Es difícil juzgar la belleza: la belleza es un enigma», decía Dostoievski.
Para mí la belleza es la forma en que unos dedos sostienen el cigarrillo y juegan con la muerte. Fumar, siempre lo creí, es una oración torva.
Esta tarde, sudando en cama, reventado y con un intensísimo dolor de cabeza, concluí una novela sobre un gran fumador, un buen hombre, Albert Camus. Se titula Venían a buscarlo a él. La autora, Berta Vías Mahou, desarrolla la idea de a Camus lo mataron quienes temían la inmensa libertad de su amor.
Mañana entran en vigor en España las nuevas normas legislativas anti-tabaco. Como todo ejercicio de propaganda y manipulación, me asquean. Un poco más todavía al comprobar la manera en que mis congéneres las admiten. Estamos que tragamos.
Camus lo dijo mejor que nadie: «La estupidez insiste siempre».
we are very stupid in california. we have a plethora of anti-tabacco laws coming out of our noses.
one day i went to hear christopher hitchens at ucla. he must have sensed our «happy stupid» condition here in southern cal because he played with the audience’s emotions throughout the lecture: every once in a while he placed a cigarette in his mouth just to make the audience gasp in fear. he didn’t even light the cigarette! eventually, he pulled out a lighter out of his pocket and the audience went wild protesting in disgust.
oh, the lecture was about the u.s. involvement in iraq (which nobody protested or had any qualms about it).
yours truly,
a non-smoker in southern cal who dies a little every day—even without camels…
I’d like to have been there, as the stupid I am, as the stupid I’ll be.
I’ve tried two Camels this morning. Both of them dreaming on SF.
Yo no se si es justo o no prohibirle a la gente que haga cosas que dañan su salud y la de los demas, tal vez si. Pero en todo caso, lo logico seria que prohibieran todas las cosas que hacemos y que dañan nuestra salud y la de los demás, como conducir un auto, invadir paises con cualquier pretexto, traer hijos al mundo sin tener la puta idea de lo que ello significa, comprar lo que se anuncia en la TV e incluso ver TV… los video juegos, los celulares, ignorar de donde se vienen las cosas que comemos…
Reconozco que no soy justo, todavía. Disculpa mi mala uva. Los cuatro días de catarro me han convertido en insoportable.
[…] 3. La ministra de Sanidad, Leire Pajín, se pone bravucona y nos anima a ser chivatos: “Cualquier ciudadano puede denunciar a quien esté incumpliendo la ley”. No habla de denunciar a los especuladores, los maltratadores o los cínicos. Anima a poner en la picota a los grandes enemigos, los fumadores. […]
Con el sida nos quitaron el sexo,
con el cáncer el cigarrillo que venía después del sexo,
con la depresión el disgusto por no tener sexo y cigarrillos,
y ahora con esto del alzheimer, ¿qué querrán?
Lo que siempre han querido: quitarnos la memoria.
Este tema del tabaco me pone de muy mala leche. Así que mejor no digo nada. Llevo más de tres meses sin fumar. Mi cuerpo no podía más y seguro que me lo agradece, aunque yo siempre lo echaré de menos.
Camus era amor puro y duro.
Leire Pajín es, no sé, me cuesta concebir a alguien como ella.
Hoy, salí de un bar inmaculado y libre de humos. Caminé unos pasos y me paré ante un paso de peatones. El semáforo estaba en rojo y había un gran atasco. A mi lado, unas viejecitas cogidas del brazo, una madre con un niño en silla y unos cuantos peatones esperaban para cruzar mientras respirábamos el humo de un par de autobuses, un camión y sabe diós cuantos coches. Nadie se quejó.
Yo estuve en un bar donde una feliz familia retozaba sin humos. Los dos críos bebían batidos. Los dos papás y dos mamás, alcoholes destilados. Me apuesto el saldo a que votan a Rajoy. Es decir, son tóxicos y se drogan frente a los niños.