el hombre que sueña con Elliott Smith lee el despacho de agencia (impersonal: quién, cuándo, dónde, cómo, nunca por qué)
informa que te clavaste un cuchillo en el pecho
un cuchillo en el pecho, nadie comerá tu sangre excepto el suelo, ninguna lengua de perro lustrará el pavimento de gres
un cuchillo en el pecho, Elliott, así te quitaste de enmedio, cordero sin Pascua, jodido vals de piano rancio
tu pecho de niño de mal comer, cesto para el holocausto, nudo en la viga del tiempo, el susto de la niebla en la ventana
tu pecho anidado de serpientes huidizas, matriz de varas de agua, ¿por qué, zahorí?, ¿por qué, ángel?
la grasa bajo la piel, dibujo de harina en el día de tu independencia, pan nuevo, flor de suero
Elliott, Elliott, qué cercano parece el tabernáculo (Los Angeles, la ciudad de Brian, la ciudad de Jim, la ciudad de Tim, el Pacífico de los atardeceres ázimos, el surf sin fin y el do it again)
un cuchillo en el pecho para que vuelen las palabras y el musgo de las palabras aladas en el reborde del altar, de la ortopedia de seguir
¿qué anhelabas encontrar allí dentro?, ¿qué hueso expiatorio?, ¿qué alameda de laurel?, ¿qué cera derretida?, ¿qué plegaria festiva?, ¿qué faz de sábanas?, ¿qué disputa luminosa?, ¿qué cartera vacía?, ¿qué fosa?
un cuchillo en el pecho: ahora tu lengua tiene forma de príncipe, ahora tu lengua es voz de polvo, abreviada arboladura, piel afeitada
ya no estás, Elliott Smith, mío, en el calabozo del mundo, en la vía destructora: muerto está todo, deportado está todo
ya no estás en el lugar secreto, Elliott Smith, príncipe, ya no te juzgarán como héroe acampado: eres hielo de cuchillo sobre la inflamación
sopla, cantante, sigue soplando para que tu cuchillo quiebre todos los cuchillos
la carne es más honrada que la arcilla
y tú, callejón sentenciado a ti mismo
no pudiste vivir ardiendo
el hielo del cuchillo
la genuflexión del tajo
no pedir ni un minuto más
***
[Elliott Smith, cuchillo]