Recién salido de un recogimiento de diez años, regresa uno de los artistas más valientes de nuestra era. Una exposición en Londres entra en sus archivos personales y analiza un cegador legado. Nos preguntamos quién es David Bowie.
… el miedo al pasajero negro
El hombre se acostó sobre las vías, glaciales por el frío severo de la mañana de enero de 1985 en el sur de Londres, y apoyó la cabeza como si el riel fuese la mejor almohada. Segundos después le pasaron por encima diez vagones de un tren expreso colmado de oficinistas. Iban en camino hacia la forma de muerte lenta que llamamos jornada laboral,
El cadáver pertenecía a un paciente ingresado con diagnóstico de manía depresiva y esquizofrenia en un hospital psiquiátrico cercano. El día anterior había ejecutado los preparativos de la misma ceremonia suicida, pero se levantó del carril ferroviario cuando el tren ya estaba a la vista. «No puedo hacerlo. David vendrá a buscarme hoy y me llevará con él», dijo.
Se llamaba Terry Burns, tenía 47 años y era hermano por parte de madre de David Bowie. El músico, que ya era una estrella planetaria, no fue al oficio fúnebre. Envió rosas y una tarjeta que parecía escrita por un Nexus 6: «Viste cosas que nosotros sólo podemos imaginar y todo se ha perdido como lágrimas en la lluvia. Dios te bendiga».
La fragmentación persistente de Bowie (un artista que pese a los 140 millones de discos vendidos sigue en estado de reinvención) es una respuesta contra la angustia al pasajero, al alien negro que nos habita. En su obra —un laberinto donde la víctima goza del extravío— hay al menos veinte canciones dedicadas a la locura, además de un disco completo, 1.Outside (1995), consagrado a explorar, como él mismo escribió, el «desconcierto de la sangre, nuestro enemigo».
Si la rama materna de tu linaje está poblada por ancestros saturnales y suicidas («somos una familia de mutilados emocionales») tienes justificados motivos para el pánico. La carrera del músico, que el 8 de enero cumplió 66 años, puede entenderse como la terapia de colocarte al borde del acantilado para saber si deseas o no el salto.
… el habitante del museo
El Victoria & Albert (V&A) de Londres, el mayor museo del mundo dedicado a las artes aplicadas, inaugura el 23 de marzo David Bowie is, una exposición que reconstruye el quebrado y cegador paisaje emocional de uno de los artistas más valientes y misteriosos de nuestra era. La muestra, en cartel hasta el 28 de julio, está montada con 300 objetos del archivo personal del músico, que nunca antes había permitido el acceso a su gabinete de curiosidades, posesiones y recuerdos.
Motivo suficiente para ir buscando un billete low cost a la capital del Reino Unido, David Bowie is… muestra la afilada inteligencia de un creador intuitivo, un «regenerador» capaz de «adaptar y pulir» la música según el clima cambiante de las últimas cinco décadas, como señala en el catálogo el musicólogo Howard Goodall. Los curators Victoria Broackes y Geoffrey Marsh, que estuvieron seis semanas en Nueva York buceando en el archivo, añaden que Bowie ha «sintonizado el mainstream popular con la vanguardia sin comprometer su poder liberador y subversivo».
La muestra no aspira a la cronología. Al contrario, está conjugada en presente. «Queremos explorar el significado cultural de Bowie hoy», dice Broackes a Calle 20. «La amplitud de sus influencias lo convierte en un conducto hacia la cultura del siglo XX. Ha influido intensamente en moda y estilo, pero no es sólo eso. Sus fuentes van del expresionismo alemán, hasta el surrealismo, el teatro de la crueldad, el cine, la literatura, la chanson francesa, la danza moderna…».
… el progenitor del doppelgänger
Desde 1964, cuando editó su primer single, Bowie palpó el poder del pop y los escenarios como pantalla colectiva de sueños. En el inicio del camino le animó su medio hermano y futuro suicida Terry Burns, que le había introducido en los ambientes bohemios del Soho y en la literatura de afiebrada libertad de los beat. Hasta junio de 2004, sesenta años más tarde, cuando el músico sufrió un ataque al corazón e inició un discreto retiro —roto por sorpresa en enero con el tristísimo sencilloWhere Are We Now?, avance del primer álbum en una década, The Next Day (a la venta el 23 de marzo)—, Bowie ha sido el médium que ha traído al pop, de una mano, a Brecht, Blake, Artaud, Ballard, Orwell, Nietzsche, Weill, McLuhan y Burroughs, mientras de la otra nos ofrecía glamour, diseño, alta costura, cabaret, teatro kabuki, cocaína, electrónica, azar, polisexualidad, sci-fi-rock, zapatos de plataforma, prerrafaelismo, ambient y minimal.
No hay antecedentes para esta pluralidad y poder de transfiguración, llevados al extremo en la construcción de doppelgänger, dobles fantasmagóricosque a punto estuvieron de apoderarse de la persona y llevar a Bowie a la profundidad de la locura que tanto le sobrecoge: primero Ziggy Stardust, el vaquero galáctico, vulgar, deseable y andrógino, y luego The Thin White Duke (El delgado duque blanco), un desaprensivo paranoico incapaz de la empatía. Al primero tuvo que matarlo porque se sentía como un robot a sus órdenes. El segundo estuvo a punto de matar a su creador: el artista perdió peso hasta necesitar ayuda para moverse, creyó que necesitaba un exorcismo, se interesó por el ocultismo, la magia negra y los nazis.
… el maestro artesano
Arthur Conan Doyle sostenía que el cerebro humano es un «ático vacío» que los necios llenan con insensata constancia creyendo que la paredes son elásticas, mientras que los artesanos colman la estancia con materia útil. La construcción entreverada de cada elemento en juego en el masaje del pop ha sido la gran disciplina de Bowie, una persona muy culta, curiosa en grado sumo y, al contrario que otros músicos de su generación, conocedor honrado de todos los estilos —«músico de músicos» le han llamado—.
«Dirige cada aspecto de su trabajo, desde el vestuario a las portadas de los discos, pasando por la escenografía y el decorado de los conciertos e incluso el merchandise que pone a la venta en las giras», dice Broackes.
David Bowie is… despliega la capacidad de proyección de un artista astuto e inesperado que ha convertido al público en voyeur y ansioso coleccionista de metamorfosis. La exposición está organizada en cuatro sectores: la génesis del personaje, las estrategias creativas, los vestuarios y los productos audiovisuales. La escenografía es de 59 Productions —estudio responsable de las ceremonias olímpicas de Londres—, que propone una inmersión sensorial en los vídeos y películas de Bowie, y en el diseño del sonido se estrenará tecnología de última generación de Sennheiser.
… el último expresionista
Una de las joyas es un proyecto nunca antes mostrado en público: la película que Bowie concibió como prolongación del disco y la gira Diamond Dogs (1974). Los storyboards dibujados a mano y las detalladas notas de puño y letra que se exhiben bosquejan un film desarrollado en Hunger City, una ciudad temible por su perversa actualidad. El personaje central, Halloween Jack, comanda una tribu de jóvenes patinadores consumidores de mealcaina, una droga que conduce a un éxtasis de bajo nivel: estás despierto pero no sientes.
La inspiración es dual y vuelve a poner de manifiesto la excelencia de Bowie como colonizador cultural: el acabado expresionista está inspirado en El Gabinete del Doctor Caligari, la película de Robert Wiene de 1919 sobre un psiquiatra enajenado que induce a un sonámbulo a cometer asesinatos, y la pandilla de peligrosos teens buscavidas proviene de las historias que Bowie oyó contar a su padre, trabajador de refugios infantiles para niños de la calle, sobre grupos de jóvenes outsiders que sobrevivían por su cuenta en los tejados del Londres victoriano.
… el antifaz
En 1973 el diseñador Kansai Yamamoto hizo una extravagante capa para una de las transmutaciones de Bowie, Aladdin Sane (A Lad Insane, Un tipo loco), el muchacho con la cara truncada por un rayo. Los sinogramas kanji dibujados en la capa son un emblema vital: «uno que escupe palabras fieramente».
Para vestir a los muchos golem que ha creado y personificado, Bowie ha acudido con las ideas muy claras a los señores de la moda. Los bodysuits de vagabundo estelar de Ziggy fueron encargados a Freddie Burretti según instrucciones casi cerradas. Lo mismo sucedió con el Pierrot azul de Scary Monsters (and Super Creeps) (1980) y la levita con la Union Jack de Alexander McQueen para Earthling (1997). Fue Bowie quien dió instrucciones a los costureros.
La exposición del V&A enseña las muchas pieles que el reptil ha germinado y abandonado en el camino de la infinita mutación. «Cuando descubrí a David Bowie era una jovencita en Roma. Me electrificaron su voz y su enigmático personaje. Desde Ziggy Stardust hasta The Thin White Duke, su valiente espíritu de inventiva ha permanecido dentro de mí y todavía es una constante fuente de inspiración», dice Fridda Giannini, la directora creativa de Gucci, que apadrina la muestra de Londres.
… 30 años en Berlín
Bowie cumplió 30 años en Berlín en 1977, mientras el punk asolaba el Reino Unido. Propuso un paisaje sonoro frío sobre la decadencia de Europa en los tres discos que grabó en la capital alemana en los dos años siguientes, Low, Heroes y Lodger, y el par que fabricó y produjo al mismo tiempo para su amigo Iggy Pop, The Idiot y Lust for Life. Son profecías sonoras sin las cuales no sería posible el futuro musical que conocemos.
Desde entonces la constatación al escuchar música nueva es la paternidad absoluta de Bowie. Sin los discos de Berlín no serían posibles el trance, el synth-pop, Aphex Twin, Arcade Fire, Animal Collective, Panda Bear… Mires en el espejo que mires la imagen seminal es la misma. Una frase-eslogan reduce la cuestión a términos exactos: There’s Old Wave / There’s New Wave / There’s David Bowie (Hay vieja ola / Hay nueva ola / Hay David Bowie).
… un ser humano (y un cuchillo y una araña)
David Robert Jones (nombre de nacimiento) creció en un hogar cercenado por las heridas emocionales del padre durante la II Guerra Mundial y la frialdad de la madre, cerillera en un cine. Barrios: Brixton primero y Bromley después, en el sur de Londres. En el colegio destacó como bailarín. «Se mueve como un reptil», decían los profesores. Quiso ser teddy boy porque adoraba el griterío espasmódico de la loca Little Richard.
Estuvo a punto de ingresar como novicio en un monasterio budista. «Vete de aquí, tú eres un artista, no un monje», le recomendó el gurú. Usó el nombre artístico David Bowie por primera vez en 1967. Tomó el apellido de un tratante de esclavos del siglo XIX.
Fue dueño de una empresa de especulación bursátil durante los años de esplendor del capitalismo salvaje. Se ha casado dos veces. Desde 1992 su mujer es la top model Iman.
Bowie es también el nombre de un cuchillo de pelea.
En las selvas húmedas de Malasia fue descubierta en 2009 una araña gigante bautizada como Heteropoda davidbowie. Es peluda y amarilla.
David Bowie mide 178 centímetros. En escena parece más alto.
… lo que tú quieres que sea
El sujeto, el contenido, el eco, el music hall que merecemos, el eterno principiante, el objeto, lo que sigue, la perpleja biología, el cartógrafo de nuevos territorios, el astronauta de los espacio interiores, el que apaga el fuego con gasolina, la alegría eterna, el tigre que se mueve sobre vaselina, el eterno recolector de información, el que salta de universo en universo, el que va vestido de la cabeza a los pies, el que mientras tú te aburres piensa en algo distinto…
[Escrito para Calle 20 – PDF]
Otros posts sobre David Bowie:
[…] David Bowie es… […]
[…] reencarnaciones, nunca dejó de leer. Geoffrey Marsh, uno de los coordindaores de la exposición David Bowie Is…, uno de los capítulos del testamento por entregas que, cabrón, nos estaba entregando, ha […]
[…] que proliferan últimamente en torno al olimpo del pop. Al contrario que el par de antecesoras, David Bowie Is… y The Velvet Underground – New York Extravaganza, que han elegido para desplegarse los […]
[…] Debussy, Marvin Gaye… Ha contado Tony Visconti, el productor de confianza del fallecido David Bowie, que el músico, otro creador desacomplejado y abierto, escuchaba en ciclo To Pimp a Butterfly […]
[…] ya ha sido útil: proporcionó un muro de citas extraidas de revistas juveniles para la exposición David Bowie is… de 2013, una de las muestras museísticas más exitosas de la historia, ha prestado […]