Anders Petersen (Estocolmo-Suecia, 1944) hizo su primera foto a los 22 años. Hasta entonces no había percibido que atesoraba el don de la mirada y había pretendido, sin demasiado éxito, dedicarse a la pintura y la escritura. Tuvo que encontrarse con Christer Strömholm para que se le abrieran los ojos. Era 1966 y desde entonces Petersen no ha parado.
Conocido por sus fotos a los habitantes de los márgenes sociales (alcohólicos, pacientes de manicomios, internos de cárceles) y también por ser el autor de la muy famosa cubierta del disco Rain Dogs (Tom Waits, 1985), a Petersen se lo disputan en los últimos años todas las ferias de fotografía financiadas con dinero público para que dicte talleres en los que explica, he ahí lo admirable de la paradoja, cómo retratar a quienes son invisibles para el dinero público: borrachos terminales, psicópatas delirantes, criminales encerrados…
La última novedad de Petersen es el libro SOHO, editado por Mack Books. Es el resultado de una estancia de un mes del fotógrafo en el céntrico barrio londinense, al que lo invitó The Photographer’s Gallery, la institución pública inglesa dedicada a promover la creación fotográfica.
El acercamiento del fotógrafo sueco al dinámico y turístico barrio —otrora refugio de mafias y clanes delictivos, pero hoy tomado por yuppies, locales de moda y jóvenes empresarios emergentes— fue el previsible. SOHO no es una colección de postales y dificilmente va a ser utilizado como promoción turística para la ciudad
Petersen entró en los locales y las casas, compartió mesa y bebida, zascandileó por la noche más canalla y buscó el lado estrafalario, caduco y algo avinagrado del Soho frecuentado por el Mr. Hyde de Stevenson para cometer sus violentas tropelías. En el crudo y contrastadísimo blanco y negro de siempre, el fotógrafo no perdona.
Andersen ha recibido numerosos premios desde su primera serie Café Lehmitz (1967-1970), que narra la vida diaria durante tres años de los habitantes de un bar de Hamburgo (Alemania). En Gröna Lund (1973) retrató la vida en un parque de atracciones sueco.
Durante las décadas de los años ochenta y noventa se dedicó a estudiar el encierro, con reportajes sobre una residencia de ancianos, una cárcel y un siquiátrico. A partir de entonces su acercamiento a la fotografía es más descriptivo del acontecer de su propia vida. Desde el inicio de su carrera ha publicado una veintena de libros.